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Rodolfo Loyola

Observatorios ciudadanos

Publicado en Reflexiones Ciudadanas en febrero de 2015

Erwin Schrödinger, físico austriaco, Premio Nobel de Física 1933, es uno de los fundadores de la Teoría Cuántica. Una de sus afirmaciones más relevantes que cuestionó todo el andamiaje de la física clásica es: “Nosotros nunca estamos en posición de decir qué realmente es o que realmente pasó. Solo podemos decir qué será observado en un caso concreto individual.” En otras palabras, el hecho de observar algo provoca que de todas las alternativas posibles (superposiciones cuánticas) , solo una se realice (colapsa en uno de los estados posibles). La observación modifica lo observado.

Desde este principio, que nunca fue aceptado por Einstein, quiero reflexionar sobre nuestra realidad actual y, como consecuencia, proponer la construcción de observatorios ciudadanos para modificar nuestra realidad.

Nuestro país transita hoy por caminos oscuros. Parece que hemos perdido el rumbo y la esperanza de llegar a un mejor estado que asegure bienestar para las generaciones futuras.

No estamos teniendo la sensatez de hacer un alto y explorar lo que nos pasa desde una actitud constructiva. Estamos en un nivel de frustración que nos lleva, ya sea al cinismo, a la inmovilidad o a respuestas destructivas.

Por lo anterior, considero que una buena oportunidad es construir uno o varios observatorios ciudadanos que nos permitan entender mejor la situación y, siguiendo el planteamiento cuántico, lograr que se modifique lo observado.

La Unión Europea ha realizado y financiado esfuerzos relevantes para impulsar la creación de estos instrumentos de desarrollo comunitario. (ver). La definición que utilizan tiene dos elementos clave: utilización de la tecnología para adquirir datos mediante sensores y dispositivos móviles y, por otra parte, métodos de gobernanza comunitaria y participativa.

Los observatorios europeos están muy orientados a la observación ambiental y tienen un enfoque de colaboración con el gobierno para la calibración y validación.

En nuestro caso, el objetivo principal considero debe ser la transparencia en el manejo de los recursos públicos con el objeto de restaurar la confianza de los ciudadanos en la acción gubernamental. El nivel de deterioro alcanzado es preocupante. El barómetro de confianza 2015, publicado por Edelman, califica al año 2014 como el año de lo impredecible e inimaginable. El año en que la confianza se evapora en los 27 países participantes. México se encuentra en una zona neutral (59/100).

En términos de lo que en el reporte se llama liderazgo, que es la credibilidad de los voceros de diversas fuentes, se presentan los resultados en el nivel de confianza para México. (% 2014, % 2015):

  • Expertos académicos o industriales, (90%, 84%).

  • Expertos técnicos de una compañía, (90%, 80%).

  • Representantes de ONG’s, (74%, 75%).

  • Personas como nosotros, (80%, 74%).

  • Directores de empresa, (71%, 67%).

  • Funcionarios públicos o reguladores, (31%, 25%).

Podemos observar una baja generalizada y una banda muy ancha de los niveles de credibilidad en las fuentes mencionadas.

Entonces, creo que a nadie conviene que la confianza se siga deteriorando pues comienzan a colapsar las posibilidades de desarrollo. Ante estas circunstancias, retomo la propuesta de comenzar a diseñar y construir observatorios ciudadano que tengan como misión coadyuvar que lo que se observe se haga cada vez mejor, con apego a la legalidad, sin conflicto de intereses y, sobre todo, conservando al beneficio comunitario como interés central del esfuerzo.

Sé que en un contexto de baja confianza, explorar caminos de esta naturaleza puede generar temor; sin embargo, si se hace con enfoque de colaboración, podemos generar un cambio sustancial al comenzar a erradicar de una manera ordenada y estructurada el fenómeno de la corrupción que nos está hundiendo en un mar de recriminaciones, descrédito y cancelación de oportunidades.

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